La improvisación de contacto cuenta con una gran gama de posibilidades en cuanto a movimiento. Una de ellas es relacionada con la ligereza y vaporosidad de la seda.
Esta técnica por así llamarla tiene como misión llevar al cuerpo a un estado de consciencia en el cual el movimiento es muy acuoso y ligero. Esto facilita la interacción con otro cuerpo, ya que podemos explorar diferentes cambios de peso y traslados en contacto.
El proceso es riquísimo, lleva tiempo pero estar en ese trance es maravilloso pues estás perceptible a todo lo que el espacio y el grupo de cuerpos alrededor tiene para proponerte en cuanto a movimiento.
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